viernes, 30 de diciembre de 2011

El simbolismo de la Flecha


En la escritura ideográfica china, la flecha representa la idea de penetración y por tanto de conocimiento. 


 El pictograma de flecha aparece como raíz en ideogramas que están relacionados con la inteligencia y el conocimiento. 
Como vemos en el gráfico anterior el ideograma compuesto de flecha y boca significa conocer. Este ideograma mas el ideograma de vía o camino, significa sabiduría o conocimiento del Tao.  El ideograma compuesto por "conocer" y el pictograma que indica negación delante, da el significado a ignorancia.
Si a "conocer" le colocamos el pictograma de luz o sol debajo, compone el ideograma para sabio, inteligente.

Este simbolismo es universal y para aclararlo podemos verlo desarrollarse en la India.

En el Athorva Veda Samhita el arquero es el «Señor de la Voz».   Así es evidente que la cuerda del arco corresponde a la voz como órgano de expresión, y la flecha al concepto audible expresado. Así en Athorva Veda  se dice que los Brahmanes, los representantes humanos del Señor de la Voz,  tienen flechas penetrantes que no se gastan en vano.  Siendo la lengua la cuerda de su arco y sus terribles palabras las flechas.   En esta concepción terminológica  subyace la idea que disparar la flecha,  se utiliza como espetar  o «hablar claro».  


     Así una «flecha. puede ser literalmente un dardo alado o metafóricamente una «palabra alada». El  término sánscrito patatrin  «alado»,  denota un «pájaro» o una «flecha». Esta palabra cubre ambos valores, pues el veloz e irrefrenable vuelo del pensamiento se compara a menudo al de los pájaros y el simbolismo de los pájaros y el de las alas está estrechamente vinculado con el de las flechas. El lenguaje del tiro con arco puede, en verdad, ser aplicado a todos los  asuntos del pensamiento y de la conducta.
En sánscrito  la raíz «sadh», de donde «sadhu», como «hombre santo». y como una exclamación de aprobación, es «ir directamente al blanco»; sadhu puede calificar bien al arquero  o bien a la flecha.   Se dice: «como el flechador endereza el dardo, así el hombre sabio rectifica su voluntad.  En el texto Mahjanaka Jataka, se dice: “un flechador al enderezar una flecha la mira a todo lo largo con un ojo cerrado, y de esto se saca la enseñanza de la visión unitaria.


     Del  término sánscrito vyadh «traspasar» deriva vedha y vedhin («arquero») y probablemente vedhas («sabio» en el sentido de «penetrante»), derivando de vid («conocer» o «encontrar»).   
En los textos clásicos y mitos se dice que el arco es el arma real por excelencia y  siempre se hace un enorme hincapié sobre la rectitud del rey, no será irrelevante señalar que las palabras Sanscrita “rju” significa «derecho», pertenecen a la raíz común que subyace en «recto», «rectificar., y «regio. Lo mismo en el latín regere y rex y sanskrito raja. Desde el punto de vista tradicional, un rey no es un gobernador «absoluto», sino el administrador de una ley trascendente, a la cual se conforman las leyes humanas. En más de una ocasión Sankara hace del caso del flechador profundamente absorto en su tarea un ejemplo de concentración contemplativa.

En el antiguo Egipto, Neith era la diosa de la inteligencia y de la sabiduría y a la que algunos la equipararon con Atenea.  Su culto proviene del periodo predinastico, los textos la presentan como una diosa anterior a Ta-tenen y a Nun.    Su acción creadora se recoge ya en la dinastía XIX, concretamente sobre el sarcófago de Merenptah.

Diosa que engendró el universo a través de siete flechas (o siete palabras, pues también se decía que creaba a través de la palabra) representa las aguas primordiales de donde hizo surgir la colina primigenia.   
 Esta diosa aparece muchas veces en forma de abeja, tiene conexión con el Bajo Egipto. De hecho, en la ciudad de Sais existía un templo encomendado a la diosa que llevaba el nombre de La Casa de la Abeja. Bajo su aspecto funerario y como diosa inventora del tejido, Neit es la que ofrece las vendas y el sudario para que el cuerpo del difunto sea enterrado correctamente.

En el Reino Nuevo se convirtió en la patrona de los tejedores, y en esta función se confunde con Tayt. Desde el Reino Antiguo fue la protectora de Osiris, de Ra y del rey, defendiéndolos con su arco contra los enemigos de la noche y los genios de los malos sueños, a los que adormecía con sus flechas. En la escritura ideográfica china, la flecha representa la idea de penetración y por tanto de conocimiento. 



viernes, 23 de diciembre de 2011

Iglesia de la Natividad, Belén


  Historia de la pequeña Iglesia 
 "Pero tú, Belén Efrata, quien eres pequeña para estar entre los miles de Judá, de tí me saldrá el que será Señor en Israel; cuyos orígenes son de antiguo, desde los días de la eternidad" (Miqueas 5:2).


            En el año 326, Santa Helena, la madre del emperador Constantino ordenó la construcción de una iglesia sobre la cueva,  culminada en 339. Se trataba de un pequeño edificio de planta octogonal con un espacio de 4 m de diámetro en el centro, donde se hallaba una cueva venerada como el lugar del nacimiento de Cristo.
Fue el obispo Makarios de Jerusalén  el responsable de la obra, que la emprendió a continuación del Primer Concilio de Nicea en el 325.


De esa primera iglesia quedan algunos mosaicos, aún visibles, que ilustran la genealogía de Jesús según el evangelio de Mateo , además de composiciones florales y geométricas.
En 384, Jerónimo tomó residencia en Belén y dos años más tarde se reunieron con él Paula y su hija Eustoquio. Jerónimo escribió allí una nueva traducción del Antiguo y el Nuevo Testatemento (la Vulgata). La tumba de Paula, Eustoquio y Jerónimo están bajo la iglesia al lado de la cueva de Jesús.


Un incendio destruyó aquella iglesia, por lo que en el 530 Justiniano edificó la basílica actual.
Fue por casualidad que este edificio escapó a la destrucción durante la invasión persa de 614 D.C.   Los persas la pasaron de largo porque vieron un mosaico en la fachada con una imagen de un Magi vestido con la indumentaria típica persa. Fue la única iglesia en el país que no destruyeron.
El acceso principal a la Basílica es por medio de una puerta muy pequeña. Los visitantes deben entrar agachándose.


 Originalmente, la iglesia tenía tres entradas, dos de las cuales han sido bloqueadas. Los Cruzados reformaron el portal central y más alto de la puerta de la iglesia justiniana. La pequeña entrada actual fue construída durante la era otomana para prevenir que hombres montados a caballo pudieran ingresar en la Basílica.  Esta motivación que pudiera interpretarse como  un recurso práctico para evitar esas profanaciones, de alguna manera ha  dado una interpretación simbólica providencial a esa pequeña  entrada,   llamada la “Puerta de la Humildad” que nos obliga, para entrar, a convertirnos en niños: “el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos”.


      Después de la entrada principal está el antiguo nártex y una puerta sencilla de madera da acceso al interior.  El interior de la iglesia contiene cuatro filas de pilares de piedra caliza roja.  
La fuente bautismal octogonal estaba originalmente ubicada cerca del altar elevado de la iglesia del siglo VI. La inscripción dice “Para recordación, descanso y redención de pecados de aquéllos cuyos nombres conoce el Señor”.


Unos peldaños descienden de ambos costados del altar hacia la cueva del nacimiento. Una estrella de plata sobre el Altar de la Natividad marca el punto donde nació Jesús. La estrella original fue colocada por la iglesia romana en 1717 pero la quitaron los griegos en 1847.  


  A ésta gruta se desciende por unas escaleras semicirculares, que dan paso a un estrecho pasaje.


Al interior, en un espacio recubierto de mármol, se ubica una estrella de plata que marca el punto donde se dice que nació Jesús, y que lleva la inscripción Hic Virgine Maria Jesus Christus natus est. AQUÍ NACIÓ JESUCRISTO DE LA VIRGEN MARÍA.


Hic, AQUÍ: la palabra mágica  Cuando la misa se celebra en latín, la palabra HIC se emplea en la consagración, como pronombre, para expresar la presencia real de Cristo en la Eucaristía.

Reflexiones sobre la Ingenuidad

"Les aseguro que si no cambian y vuelven a ser como niños no podrán entrar en el Reino de los Cielos". Mt 18,3



En latín, el adjetivo ingenuus significaba ‘natural’, ‘puro’, ‘no alterado’, y se aplicaba también a los hombres nacidos libres, a los ciudadanos del Imperio. En tiempos de Cicerón (siglo I a. C.) el sentido de esta palabra ya se había extendido para calificar a un hombre probo, honesto, recatado.
Lucrecio usaba la expresión ingenuus fontes para referirse a ‘manantiales límpidos’ y, pocos años más tarde, Tito Livio expresaba: Nihil ultra quam ingenui (Nada más que hijos legítimos).
Ingenuus provenía de gignere ‘engendrar’, ‘generar’ con el prefijo -in, para significar ‘nacido dentro’. No solamente utilizado en sentido lato como, el nacido en el país o en la familia, si no en amplio sentido de nacido en el "Centro".


En textos de Alfonso X el Sabio, ingenuo conservaba aún ese significado, pero en algún momento el sentido de ‘honestidad’ y ‘recato’ cedió su lugar a la denotación actual de ‘cándido’ o ‘inocente’.
La base prehistórica indoeuropea genu-, que significaba ‘rodilla’, se conserva en el idioma francés , aunque en español no entró como nombre de esa parte de la pierna. Sin embargo está presente en la forma como llamamos al acto de arrodillarse: genuflexión, del latín genu flexio, literalmente, ‘doblar la rodilla’.
 Debemos tener en cuenta que el 25 de Diciembre es conocido en el mundo clásico como la “Janua Coelli” o puerta de los dioses. Puerta solsticial de la que parte el Sol para elevarse y que se encuentra en el signo de la “rodilla” o Capricornio.



Otra de las palabras derivadas de genu- es genuino. Proviene de una antigua costumbre de los etruscos, heredada por los romanos, por la cual un padre ponía a su hijo recién nacido sobre la rodilla para expresar que lo reconocía como suyo, o sea, declararlo genuino. La rodilla descubierta denota, en la iconología, al hombre iniciado en los misterios, al santo y sabio.  


También una rodilla desnuda se interpreta como señal de clemencia.   Cito textualmente lo que encontré: 
"La Justicia es justa con la balanza; es potente y severa con la espada, es imparcial y terrible con la venda; es clemente y benigna con esa rodilla desnuda que, desde la época clásica, es el lugar del cuerpo humano en el cual residen la piedad y la benignidad, la magnanimidad y la clemencia del poderoso"
  

 La   palabra rodilla tiene en hebreo bíblico  unas connotaciones que se relacionan íntimamente con el simbolismo de Belén y del nacimiento del Hijo.  Rodilla se escribe ברך berekh y בכר  bekor, su anagrama, es el «primer nacido». A su vez la palabra conformada por sus mismas letras ברך barakh es el verbo «bendecir»: gesto divino que propulsa el «creced, multiplicaos y colmad la tierra», orden dada por Elohim a Adám. Esta pabra se compone de בר bar «grano de trigo», también «joven hijo»,  y la caf final es signo de germen cósmico (  ר   ), tengamos en cuenta que Belén en Hebreo se dice Beth-lehem o "Casa del Pan".  


  
 Como estamos acostumbrados a percibir, la ingenuidadad está denostada en nuestro tiempo. El espíritu orgulloso que preside  el ambiente mental que nos envuelve permite, de esta forma, atribuir un espíritu ingenuo a los demás y así  se procura el medio más sencillo para realzarse uno mismo, y es tanto más fácil y seductor cuanto que se funda en parte sobre comprobaciones exactas, aunque fragmentarias y a interpretaciones arbitrarias.  
  En primer lugar sería necesario entenderse acerca de la noción misma de ingenuidad: si ser ingenuo es ser directo y espontáneo e ignorar el disimulo y los subterfugios, y también sin duda ciertas experiencias, muchos de nosotros efectivamente poseemos una cierta ingenuidad; pero si ser ingenuo es simplemente estar desprovisto de inteligencia y sentido crítico y ser accesible a todos los engaños, ciertamente no hay razón alguna para admitir que  los racionalistas sean menos ingenuos que los  creyentes.
En cualquier caso hay pocas cosas que este ser «insularizado» que es «el hombre de nuestro tiempo» soporte menos que el riesgo de parecer ingenuo; que perezca todo el resto con tal de que el sentimiento de no dejarse engañar por nada quede a salvo. En realidad, la más grande de las ingenuidades es creer que el hombre pueda escapar a cualquier ingenuidad en todos los planos y que le sea posible ser integralmente inteligente por sus propios medios; queriendo ganar todo por la astucia se acaba por perder todo en la ceguera y la impotencia.  

En este sentido, la ingenuidad más flagrante es no darse cuenta que  la pretensión de «volver a partir de cero» en todos los planos, o este autodesarraigo sistemático —e indeciblemente insolente— con que se caracterizan algunas tendencias del mundo contemporáneo. 

Un hecho que puede inducir a error, y que no se deja de explotar, es la analogía entre la infancia de los individuos y la de los pueblos; pero esta analogía no es más que parcial, y en cierto aspecto incluso inversa, al ser la colectividad en este aspecto lo contrario —o la imagen invertida— del individuo. En efecto, mientras que en el individuo es la vejez la que representa normalmente la sabiduría, ésta coincide en la colectividad tradicional —y también en la humanidad tomada en su conjunto— con el origen, es decir, con los «tiempos apostólicos». Tiempos del Satya Yuga  o «edad de oro», edad presidida por el planeta de la sabiduria y la vejez como es Saturno.


  Este es un período en que el Cielo y la Tierra se tocan y donde los Angeles conversan con los hombres, la infancia del individuo desde cierto punto de vista es un tiempo de inocencia, de felicidad y cercanía del Cielo; hay, pues, una analogía directa con los ciclos de la colectividad de modo paralelo a una analogía inversa que sitúa la sabiduría en el origen de la vida colectiva y al final de la vida individual.


Paraíso taoísta con sus infantiles habitantes

 Si es «ingenuo» creer —porque se ve así— que la tierra es plana y que el cielo con los astros gira a su alrededor, no es menos «ingenuo» tomar al mundo sensible por el único mundo, o por el mundo total, y creer que la materia —o la energía si se prefiere— es la Existencia como tal.

 Para entrar en la cueva de Belén es necesario agacharse o arrodillarse, de alguna manera “ser ingenuo”. Pretender que para acceder al nuevo nacimiento es necesario “progresar” en el sentido que tiene esta palabra actualmente, es negar lo que hay en el hombre de total e inalienable, se ridiculiza la intención divina que nos hace ser lo que somos y que ha consagrado nuestra naturaleza por el «Verbo hecho carne».


 Ese ideal de humanidad continuando indefinidamente en progreso prueba que el hombre, si ha llegado a ser forzosamente menos ingenuo para algunas cosas, no ha aprendido nada en cuanto a lo esencial, por decir lo menos; la única cosa de la que es capaz el hombre abandonado a sí mismo es de «hacer los pecados más antiguos de la manera más nueva», como diría Shakespeare  

   En el mundo actual, esa especie de Babilonia donde la inteligencia y el poder se mide por el tamaño de la puerta, se desplaza a la ingenuidad  y también a la inteligencia, y lo uno trae aparejado lo otro; se puede uno dar cuenta de ello al leer textos filosóficos de actualidad o críticas de arte moderno,  donde se puede leer como se pretende adoptar la sutilidad de un escolástico y la sensibilidad de un trovador para decir que hace calor o frío.   La apariencia de una inteligencia superior es aquí en realidad un descenso, la ignorancia y la ininteligencia se encuentran a gusto dentro de un refinamiento completamente superficial, y de ello resulta un clima que hace aparecer a la sabiduría bajo un aspecto de ingenuidad, de tosquedad y de ensueño.


En nuestros días, todo el mundo quiere parecer inteligente y una forma de conseguirlo es acudir a subterfugios como la manía de  «desmixtificar» que permite darse aires de inteligente sin mucho esfuerzo, pues basta con decir que la reacción normal frente a un fenómeno es un «prejuicio» y que ya es hora de presentarlo fuera de la «leyenda».  
  El sabio o el santo tienen interiormente acceso a la Verdad concreta; la formulación más sencilla —sin duda la más «ingenua» puede constituir el umbral del Conocimiento más total y profundo .
Si la Biblia es ingenua, es un honor ser ingenuo; si los filosofismos negadores del Espíritu son inteligentes, no hay inteligencia. Detrás de la humilde creencia en un Paraíso situado en las nubes hay al menos un fondo de verdad inalienable y, sobre todo —y esto no tiene precio—, una realidad misericordiosa que nunca defrauda.





El misterio de la Natividad comporta un doble aspecto: el nacimiento del Verbo en el mundo (punto de vista macrocósmico) y el nacimiento del Verbo en el alma (punto de vista microcósmico).  En estos dos aspectos, el Niño Jesús  ocupa una situación central;  y al mismo tiempo es lo más pequeño posible para figurar «el Reino de los Cielos semejante a un grano de mostaza» (Mat, XIII, 3l-32).  
Finalmente, el nacimiento del Verbo o el «renacimiento espiritual» del alma  se realiza durante la «noche»;  y por eso que tiene lugar en la «gruta» a medianoche y en el solsticio de invierno, fecha de la Navidad. La gruta con su interior sombrío, es iluminado solamente por la Estrella, símbolo de la Luz divina. El  pesebre donde reposa el Niño Jesús  tiene  una forma hemisférica, complementaria a la de la Caverna, simbolizando las dos mitades del llamado «Huevo del Mundo».

martes, 6 de diciembre de 2011

El Pilar y el Artemision de Éfeso


                            Éfeso y Zaragoza


                  Desde hace tiempo he estado reflexionando y reconsiderando todo lo que he podido sobre el “Pilar”, en cierto momento experimenté cierta  perplejidad sobre el sentido y el significado tanto del pilar como del papel de María, así mismo como en el significado del relato tradicional e histórico.  Como a veces hago, determiné buscar  clarificación sobre este asunto y decidí que la primera frase que escuchara al penetrar en la basílica sería la respuesta a mis dudas. Ese mismo día entré y al llegar a la presencia de la virgen , el sacerdote, que en ese mismo momento oficiaba decía: ‹‹Desde la Eternidad fui creada›› y ‹‹ A su lado estaba yo, como confidente, día tras día le alegraba, y jugaba sin cesar en su presencia››.  Es decir estaba recitando el texto que  inmediatamente busqué y  que pertenecía a Proverbios 8.
  Así todo lo concerniente a la Sabiduría se aplica a la Inmaculada Concepción. "Las tinieblas cubrían el abismo y el Espíritu de dios planeaba sobre la superficie de las aguas" El agua es el símbolo más directo de la pasividad universal, y por tanto de la Substancia (sub = bajo - stancia = lugar).

   Esta idea de juego divino me recuerda un concepto de la metafísica hindú y representado por la diosa Maya, a veces identificada con Durgā.  Ese término proviene del sánscrito ma-aiá (‘no-es’).
 Según la doctrina advaita, la multiplicidad de este mundo fenoménico y la diferencia entre las almas  y Dios, es sólo maya  (juego) la realidad es que sólo hay Dios. También según la filosofía vedānta— es la fuente del universo visible. 
Si tenemos en cuenta que La Basílica del Pilar está dedicada a la Asunción. Recordemos lo que dice la Iglesia en el oficio para la fiesta de la Asunción:  
"O prima, Virgo, Prodita E Conditoris spiritu Praedestinata Altissimi Gestare in alvo Filium". Es decir:    Oh Virgen, tu eres la primera surgida del espíritu del Creador, predestinada a llevar en tu seno al Hijo del Altísimo.

 








 Leyendo  "La Mística Ciudad de Dios" de de Sor María Jesús de Ágreda, concretamente el que dice textualmente: "Sucedió este milagroso aparecimiento de María santísima en Zaragoza, entrando el año del nacimiento de su Hijo nuestro Salvador de cuarenta, la segunda noche de dos de enero. Y desde la salida de Jerusalén a la predicación habían pasado cuatro años, cuatro meses y diez días, porque salió el santo apóstol año de treinta y cinco, como arriba dije, a veinte de agosto; y después del aparecimiento gastó en edificar el templo, en volver a Jerusalén y predicar, un año, dos meses y veinte y tres días; murió a los veinte y cinco de marzo del año cuarenta y uno. La gran Reina de los ángeles, cuando se le apareció en Zaragoza, tenía de edad cincuenta y cuatro años, tres meses y veinte y cuatro días; y luego que volvió a Jerusalén partió a Efeso, como diré en el libro y capítulo siguiente; al cuarto día se partió. De manera que se le dedicó este templo muchos años antes de su glorioso tránsito, como se entenderá cuando al fin de esta Historia de la gran Señora declare su edad y el año en que murió, que desde este aparecimiento pasaron más de los que de ordinario se dice. Y en todos estos años ya en España era venerada con culto público y tenía templos, porque a imitación de Zaragoza se le edificaron luego otros, donde se le levantaron aras con solemne veneración".
Se me ocurrió buscar en Éfeso un vínculo con Zaragoza, y de esta iniciativa sigue la exposición.



            Cuenta la leyenda que las Amazonas, en guerra con Teseo, cuando se dirigían a atacar Atenas, se detuvieron en un lugar cercano a la costa Lidia para orar a Artemis. Allí erigieron una imagen de la diosa debajo de una palmera.
      Este lugar se llamaría Éfeso y allí se  construiría el famoso  Artemision, considerado una de las siete maravillas del mundo antiguo. Como veremos a continuación, tiene una semejanza en la actualidad con la Basílica del Pilar de Zaragoza. Los dos templos están dedicados a una diosa virgen y madre, recordemos la escultura de la Artemís efesia, dotada de múltiples pechos de los que podían mamar los que buscaban, como San Bernardo, la leche de la sabiduría.


          Éfeso era uno de los centros más célebres de la antigüedad clásica. En efecto, pensando en esa ciudad no se puede dejar de recordar su escuela filosófica con personajes como el gran Heráclito, que a semejanza del discurso que podría decir el Pilar, dijo:« lo divergente converge consigo mismo; ensamblaje de tensiones opuestas, como el del arco y el de la lira». 
  De Heráclito no quedan más que fragmentos de sus obras pues las dejó en depósito en ese templo de Artemisa, por la que sentía gran devoción. El destino deparó  su destrucción pues en el 356 a. de C., un mitómano de nombre Herostrato le prendió fuego, lo que provocó la completa destrucción del templo. Alli prendieron sus textos que decían: «Más vale apagar el orgullo que un incendio»

                 
      Un hecho curioso es que Según la tradición, que se difundió en seguida, la noche en que se consumó este acto vandálico, nació Alejandro el Magno. También según sor María de Jesús de  Ágreda en su “Mística Ciudad de Dios” ese templo fue asolado, cuando la Virgen María llegó a Éfeso acompañada por el apóstol Juan. 
    El templo lo construyó Creso, rey de Lidia, que vivió hacia mediados del siglo VI a. de C., tal como sabemos a través tanto de la tradición literaria, tanto de Heródoto como de  Plinio el Viejo, como de la inscripción con el nombre del rey en uno de los relieves que decoran el templo.
  

       La construcción del edificio requirió muchísimo tiempo. Plinio y Vitruvio afirman que los trabajos prosiguieron durante 120 años y que fueron varios los arquitectos que los dirigieron. Entre éstos mencionan a Teodoro de Samos, el arquitecto que participó en Samos en la construcción del Heraion, y a Quersifronte de Cnosos y su hijo Metágenes, que trabajaron en el siglo VI a. de C., y arquitectos del siglo siguiente, como Peonio de Éfeso.


         El templo, de proporciones colosales es el más grande de todo el mundo griego. En un baldaquino dentro de la cella se encontraba la estatua de Artemisa.
   Especialmente hermosas eran las columnas jónicas con 19 m de altura, igual a 12 veces el diámetro de la base. Estaban decoradas con  esculturas (columnae celatae).   Según las medidas que nos da Plinio el Viejo (Historia Natural, XXXVI, 96b) el edificio media 220 x 425 pies y poseía 127 columnas.   Por encima de los elegantes capiteles jónicos corría un arquitrabe de tres franjas, con dentículos abajo y una hilera de ovos en lo alto, y por encima de ésta, la sima decorada.  


       La Basílica del Pilar de Zaragoza  tiene la mismo tamaño y proporción. Tanto las medidas que he efectuado en el templo como las medidas que aparecen en documentos contemporáneos de la construcción, como por ejemplo el memorial que el arzobispo envía al monarca Carlos II, el 29 de junio de 1700, en el que dice:
       ‹Y inmediatamente, sin perder tiempo, la hice poner en execución con la dirección de los Maestros del primer crédito de esta ciudad, y sin levantar la mano se ha obrado con tanto adelantamiento en los cuatro años siguientes hasta ahora, que se han enmendado, y aumentando los cimientos, que se habían fabricado en dha. línea de la Ribera del Rio conforme a la nueva Planta, y se hicieron de nuevo los demás cimientos de dha. tirantez, ó línea y los de las Torres que la terminan y de los estrivos, y Capillas interiores arrimadas a ella, siendo esta tirantez ó línea de 677 palmos. -Y se han hecho también los cimientos de la línea que está al pie de la Iglesia, y los de la 3ª Torre que la termina, con los de los estrivos y Capillas que están en ella, cuya tirantez tiene 349 palmos. - Y los de la línea que cae a la Pza. del Pilar hasta encontrar con la Iglª antigua, y los de los Estrivos y Capillas que arriman a esa tirantez. Y assi mismo se han hecho los cimientos de 8 columnas o machones de las naves›.  


   Es por tanto esta planta colegiada la que se declara eficaz en la construcción del templo. Así pues podemos ver que la razón o proporción de la planta, corresponde a la que hemos aludido de dividir 62/32 = 1,93, la misma de dividir 677/349 = 1,93.
      Conocemos el interés dedicado por Villalpando, Tempesta, Covarrubias, A. Kircher y Juan Caramuel a estos templos legendarios y llenos de prestigio. Siendo concretamente Caramuel la personalidad que, treinta años antes que Leibniz, describe el sistema binario de numeración, denominándolo el más natural o conforme a la naturaleza de las cosas, y  además  estaba interesado en el lenguaje cifrado, asunto en el que está implicada la Basílica del Pilar.
     Para compararlos operemos asignando al palmo la medida de 0,1909 m. y a del pie la de 0,304 m. El resultado de la multiplicación con las medidas respectivas de las plantas de los templos es tal que nos asombrará que sean prácticamente las mismas.

     677 x 0,1909 m. = 129,23 m.
      349 x 0,1909 m. = 66,62 m.       Pilar 129,2 x 66,6 metros
     
      425 x 0,304 m. =   129,2 m.
      220 x 0,304 m. = 66,8 m.      Artemision 129,2 x 66,8 metros


        Un amigo, me hizo un comentario sobre esto diciendo que:  “el problema del análisis arquitectónico se puede reducir a un problema de lógica”.
  Ya sea a través de la lógica aristotélica, que tiene su plasmación en el silogismo, operación que  a partir de dos premisas se obtiene  la conclusión, o mediante el álgebra de Boole, con la que podemos definir una gramática con la que expresar  proposiciones y  guiarnos  sobre el resultado verdadero o falso.  Y que a partir de esa gramática,  se podrá interpretar la PALABRA, o LOGOS. Advirtamos que los templos tienen, casi todos, una razón proporcional entre su longitud y su anchura, es decir una “ratio” o número racional.
           


  En lo que respecta a la Virgen María,  ella devino el tabernáculo viviente del Verbo, dejándose penetrar en cuerpo y espíritu por su presencia. Así, ella, es llamada «Tabernáculo del Señor». La Biblia denomina «Mishkán»  al tabernáculo, habitación o morada de lo divino, y la tradición hebrea ha visto aquí su inmanente Divina Presencia o «Schejiná». Para la kábala, la palabra schejiná procede de la raíz de mishkán y los cabalistas la relacionan por equivalencia numérica con el término lengua, idioma «safá».  Safá (שפה)  los valores numerológicos son: 300 + 80 + 5 = 385 y  Schejiná    (שכינה)  = 300 + 20 + 10 + 50 + 5 ) =   385     .  Estas correlaciones nos llevan a inferir que de alguna manera  que el "Tabernáculo de Señor" se comunica mediante una lengua o "Safá".  En este caso una lengua Universal o Católica, lengua que se nos presenta con todos los vestigios de la lengua adánica o universal.


    Quisiera introducir las investigaciones de Mons. Devoucoux  sobre el papel de la guematria en la arquitectura sagrada, es decir la relación que se puede establecer entre las letras y los números en algunas lenguas como el hebreo o el griego.   Las investigaciones de este arqueólogo y Obispo de la ciudad de Evreux, han sido una corroboración decisiva a este respecto. Mons. Devoucoux demuestra que los templos de Jano y de Cibeles estaban construidos conforme a las reglas de la guematria, al igual que el templo de la Artemisa de Éfeso, asimilada tardiamente a Isis. En este edificio, la longitud y la anchura, de 425 y 220 pies, respectivamente, correspondían a la invocación: Isis ei is, ΙΣΙΣ ΕΙ ΙΣ. Se podría traducir por «Eres poderosa, oh¡ Isis». En el griego la I tiene valor 10. la S o Σ valor 200 y la E valor 5.   Esta concepción arquitectural tenía tal importancia que pasó a los constructores y pensadores cristianos de los primeros siglos. 


               Después de su incendio la obra de reconstrucción debió de durar mucho tiempo. Según una anécdota referida por Estrabón, el propio Alejandro, en el 334 a. de C., ofreció a la ciudad los medios financieros para poder llevar a término los trabajos.   Este ofrecimiento, los orgullosos efesios,  lo rechazaron aduciendo como excusa el hecho que no era conveniente que un dios le construyera un templo a otro dios.



    En cualquier caso el nuevo monumento fue terminado y  bien pronto fue incluido entre las Siete Maravillas del Mundo. la planta y las proporciones del nuevo edificio se mantuvieron grosso modo iguales a las del anterior, salvo por el añadido de un crepidoma o plataforma escalonada de 13 gradas sobre la que se elevaba el templo   Las columnas, de nuevo templo, según Plinio, median 60 pies de altura, es decir 17,65 m, aproximadamente 10 veces el diámetro de la base. Se ha pensado, por éstas y otras consideraciones, que el arquitecto del nuevo Artemision  pudiera ser Dinócrates, arquitecto personal de Alejandro el Magno, el mismo que diseñó el plano regulador de Alejandría. 
     El templo y el santuario encerraban, además, numerosas obras de arte de célebres artistas; en la decoración de las columnas trabajó tal vez Escopas, y en la del altar, Praxiteles.
              

                            Con las excavaciones austriacas de 1865 se sacó también a la luz el altar del nuevo Artemision, de mármol y de 22 x 32 m. Los estudios arqueológicos de los austriacos y después los británicos, permiten deducir que en el lugar en que se fundó el santuario de Ártemis había sido ya objeto de veneración por las poblaciones locales que practicaban allí el culto a la Gran Madre o Cibeles, asimilada a la piedra, culto al que después se asimiló el de Artemis, que tenía prerrogativas especialmente en la esfera de la fecundidad y la fertilidad, como ya hemos comentado su imagen es conocida a través de copias romanas conservadas en el Museo de Éfeso.


               Las excavaciones de la Escuela Británica  nos permiten seguir las fases principales de la evolución arquitectónica del conjunto.
La gran abundancia de exvotos como cerámicas, objetos de oro y marfiles, desde el siglo VIIIa. de C., demuestra la existencia de un lugar de culto; el edificio mas antiguo, que corresponde a la primera fase, se fecha hacia el 700 a. de C.: se trata de un altar, al que siguió inmediatamente la construcción de algunos templos de pequeñas dimensiones (naos). De éstos, el que precede al templo arcaico de Ártemis fue construido hacia el 600 a. de C.; medía 14 x 28 m y estaba rodeado por un muro de cierre. Recordemos también la similitud con el primitivo Templo del Pilar, el construido por Santiago, que también tiene esas medidas y esa misma “ratio” o razón proporcional.


       Los pocos restos del Artemision, junto con algunos muros de edificios arcaicos en la colina cerca del puerto, son los únicos testimonios de los primeros tiempos de vida de la ciudad. 
 

                     Tumba de San Juan en Éfeso

           Rodeando la ciudad de Éfeso se construyó una gran muralla que comprendía el monte Pion y el monte Coreso, con un perímetro de casi 8 km, de la que quedan restos del paramento, de las torres y de dos puertas, la llamada puerta de Magnesia, a través de la cual pasaba la vía que llevaba al valle del Meandro, y la que de la ciudad conducía al santuario de Artemis. Uno de los principales elementos del sistema urbano era la calle que comunicaba el puerto con el teatro: la calle pasó a llamarse Arcadiana cuando fue restaurada y pavimentada en mármol por el emperador Arcadio (395-408 d. de C.); medía 600 m de longitud y 11 m de anchura y estaba flanqueada por pórticos; casi a la mitad de su recorrido se encuentran cuatro columnas corintias, donadas a la ciudad por el emperador Justiniano (527-565 d. de C.) en homenaje a los cuatro Apóstoles, cuyas imágenes debían de encontrarse en lo alto de dichas columnas.

  Estatua de la Virgen María en Éfeso en el lugar de su residencia 

  Entre el siglo IV y el V d. de C., se edificaron iglesias cristianas  además de la iglesia de la Virgen. Cabe recordar que en la iglesia de la Virgen tuvo lugar un famoso concilio, el del 431 d. de C., durante el cual San Cirilo de Alejandría condenó la herejía del patriarca de Constantinopla Nestorio e hizo aprobar el dogma de la Virgen, madre de Jesús, hijo de Dios. Es interesante poner en relación que los Nestorianos fueron los primeros cristianos que llegaron a china y que allí dejaron una estela testimonial que fue descubierta y traducida por los Jesuitas. 
Estela nestoriana
 
        Fuera de la puerta Magnesia se encuentra el lugar donde, gracias a las visiones de Ana Caterina Enmerich, se encontró la casa donde vivió y terminó su vida terrenal la Virgen María. Así según esta beata, la asunción de María al Cielo se produjo en esta ciudad. Recordemos que la Basílica del Pilar está dedicada a la Asunción.  
  Un lugar también venerado por la religión  cristiana es la basílica de San Juan Evangelista, construida en el año 565 por Justiniano en el lugar donde se suponía se encontraba la tumba del santo.
A la vuelta del exilio de Patmos, Juan habria escrito su Evangelio y habría muerto en Éfeso hacia el año 100. En época bizantina la colina se llamaba Haghios Theologos (San Teólogo), de ahí la corrupción italiana «Alto loco» que ha dado origen al turco de Ayasoluk, nombre qúe todavía se usa junto al moderno del pueblo de Selcuk.
      
                                    
 
            En un principio  alrededor del grupo de cámaras subterráneas en las que se Identificaba el lugar de sepultura de Juan, se construyó una memoria en forma de un cuadrado de 18 m de lado, cubierta con una bóveda sostenida por cuatro columnas y abierta por los cuatro lados. En el siglo v este monumento fue incorporado a una basílica en forma de cruz con la fachada vuelta a occidente, dotada de nártex y vestíbulo, y dividida en tres naves, al igual que los brazos laterales, mientras que el cuerpo posterior, en el que se abría el ábside, lo componían cinco naves. En época del emperador Justiniano (527-565 d. de C.) la basílica asumió su forma más completa. Conservó su estructura de cruz latina; la mernorta, que se hallaba en el punto donde se cruzaban los dos brazos, fue puesta en relación con la iglesia derribando los muros que la rodeaban; en la parte delantera se construyó un pórtico cuadrangular. Por el nártex, cubierto por una cúpula, se llegaba a la iglesia (que venía a tener unas dimensiones de 110 x 40 m en la parte central y 62 con los brazos laterales incluidos) a través de cinco puertas; en la nave central seis pilastras sostenían dos cúpulas de forma elíptica; de igual modo, los brazos de la cruz tenían cúpulas de planta circular. En total según la tradición la basílica, , tenía 11 cúpulas. 

                         
Observemos que este templo tiene un paralelo arquitectónico con la Basílica  del Pilar, pues posee también dos cúpulas elípticas y un total de once cúpulas. Todo el monumento estaba suntuosamente revestido de mosaicos, mármoles y pinturas; junto a la iglesia, cerca de la nave izquierda, se hallan los restos del baptisterio. 

     Éfeso centro de la religiosidad antigua con su celebérrimo Artemision, se convirtió en lugar de culto y meta preferida de peregrinaciones cristianas, por la tradición ligada a la estancia de la Virgen y a la tumba de San Juan Evangelista, continuando así en la Edad Media la función de importante lugar de culto, hasta la conquista turca del siglo  XIV.
       La relación entre Éfeso y Zaragoza nos obliga a considerar el texto de uno de los Santos Padres presentes en la Santa Capilla. Nos referimos al  Beato de Liébana, entre sus obras figura el himno “O dei Verbum”, primer escrito en el que se considera a Santiago patrón de España

                          El himno litúrgico O Dei Verbum forma parte del oficio divino de rito mozárabe en la festividad del Apóstol Santiago.  
El contenido comienza refiriéndose a Cristo, como Ver­bo de Dios, creador, luz del mundo, hijo de María, rey y sacerdote, adornado con las doce piedras preciosas, que constituyen el basamento de la nueva Jerusalén. El día comienza con Cristo, como el sol, que con su luz ahuyenta las tinieblas en su recorrido por el “decumanus” de su “orbis Terrarum” de doce horas.  Brilla la luz de Cristo en las lámparas de los doce candelabros, que son el símbolo de los após­toles, los cuales dieron testimonio en todo el mundo, cada uno en un país.   Entre ellos descuellan los «Hijos del Trueno», Juan y Santiago el Mayor, cuya madre solicitó para ellos los primeros puestos en el reino, y ambos estuvieron a los lados de Cristo en la Ultima Cena, el primero recostado en su pecho. Los dos consiguen el premio del cielo, el segundo mediante el martirio.

                               
                      Podríamos pensar que como el mismo texto interpreta a Santiago corresponde el Occidente y a San Juan el Oriente.   Se recuerdan a continuación algunos pasajes legendarios del martirio de Santiago, como la presencia de un famoso mago que lanza contra el apóstol los demonios y a quien éste acaba convirtiendo con sus palabras persuasivas, inclinándole a la penitencia, así como la salud y la salvación concedida a un paralítico, para terminar con la alusión a la decapitación del apóstol.
A continuación el poema cambia se convierte en una invocación insistente al apóstol de España, y que guarde al país de todos los males,  
El himno concluye con una doxología trinitaria, al Dios uno y trino, que rige el ciclo cósmico. El acróstico, dirigido a Cristo, Rey de reyes, pide apoyo y protección para el rey Mauregato.


                             
Los versos 16-25, con la distribución de los doce apóstoles por otras tantas regiones del mundo, son sin duda paralelos a lo que se dice en el Comentario al Apocalipsis, y ello resulta de gran importancia por ser la primera vez que de forma indubitable se afirma en España la venida de Santiago a este país. Natu­ralmente, esto constituye el núcleo argumental del himno compuesto para la fiesta del santo y el fundamento de la plegaria por el rey y el pueblo.

                                               
  
    Pero el contenido más significativo del Himno es la afirmación de la venida de Santiago a España y, por tanto, su patronazgo sobre la España que lucha contra el Islam. El rey Mauregato, el clero y el pueblo necesitan su auxilio para salir de la mísera y abatida condición actual. Que hasta ahora se sepa, es ésta, junto con la cita del Comentario, la primera vez en la historia de España que se afirma el patronazgo de Santiago sobre ella, fundado en el hecho de su visita a este país en calidad de misionero. La trascendencia que esta doctrina iba a tener sobre la futura historia de España, desde el descubrimiento de la tumba en Compostela pocos años después, hasta la constitución de Santiago como sede metropolitana dentro de España y centro europeo de peregrinación, es de un relieve tan acusado, que merece destacarse como uno de los jalones más signi­ficativos de nuestra historia.  

                            Si observamos el grabado anterior, basado en el texto del Beato de Liébana, en el que aparecen, a ambos lados del Pilar, los “Hijos del Trueno”, es decir los dos hermanos Santiago y San Juan Evangelista. Todo el poema presenta alusiones constantes a los temas desarrollados en el Apocalipsis de San Juan.  
            
HIMNO PARA EL DIA DE SANTIAGO APOSTOL,
HERMANO DE SAN JUAN
¡Oh Verbo de Dios, pronunciado por la boca del Padre, creador y verdadero principio de las cosas, autor perenne, luz origen de la luz,
alumbrado por el vientre de la gloriosa Virgen,

 5         Cristo, tú realmente nuestro Enmanuel!
Rey y sacerdote, en cuyo honor brillan las sagradas piedras que son «tres por cuatro»: el ónice, el ágata, el berilo, el zafiro, el carbúnculo,
y la amatista, la sardónica, el topacio,

10        la esmeralda, el jaspe, el ligurio y el crisólito.
Pues puntualmente el sol con las gemas -el día brillando doce horas, las mejores perlas­avanza, ahuyentadas ya las tinieblas del mundo; y los candelabros que sobre ti descansan

15         centellean con las lámparas de los «dos por seis» apóstoles:
Pedro en Roma, su hermano en Acaya, Tomás en la India, Leví en Macedonia, Santiago en Jerusalén y Zelotes en Egipto, Bartolomé en Licaonia, judas en Edessa,

20           Matías en Judea y Felipe en la Galia;
después, los grandes Hijos del Trueno
resplandecen, habiendo alcanzado, a ruegos de su ínclita madre, ambos con todo derecho los honores supremos, gobernando sólo Juan el Asia, a la derecha,

25            y su hermano habiendo conquistado España.
Recostados en el pecho inocente del ilustre maestro,
a la derecha uno es atraído a la alianza de paz, a la izquierda el otro para ser ajusticiado,
y ambos habiendo elegido por dos veces las arras del reino,

30            coronados se apresuran a la gloria del cielo:
llevado aquel Juan, glorioso, al premio,
elegido por éste la túnica del martirio de Cristo, el llamado Santiago de Zebedeo, cumpliendo el apostolado ejemplarmente

35            arrebata victorioso los estigmas de la pasión.

Y capturando él con el favor divino
 a los culpables magos, reprimiendo las iras de los demonios,
              castiga el veneno de sus émulos;
y al final, vigoroso, da al estúpido una respuesta insigne

 40         y al penitente un corazón crédulo.
Atado, cumplidor del deseo del enfermo
que solicita con insistencia su provechosa ayuda,
manifiesta al que le pide los carismas de la fe,
y con el estandarte de la paz (le da) la salvación abundante

45         y ejecutado con la espada se asegura la gloria.
¡Oh verdaderamente digno y más santo apóstol, que refulges como áurea cabeza de España, nuestro protector y patrono nacional, evitando la peste, sé del cielo salvación,

50         aleja toda enfermedad, calamidad y crimen.
Muéstrate piadoso protegiendo al rebaño a ti encomendado y manso pastor para el rey, el clero y el pueblo; que con tu ayuda disfrutemos de los gozos de lo alto, que nos revistamos de la gloria del reino conquistado.