Los mantos, el Tabernáculo y el Talit
Jesús
en los Evangelios hace referencia a los tabernáculos en la parábola del
mayordomo infiel, cuando aconseja, en lo que respecta al espíritu, mostrarse
sagazmente en este tiempo para cuando termine… « Ser recibidos en los eternos
tabernáculos». También el Apóstol
Pablo dice: «Deseosos de ser revestidos por nuestro tabernáculo, que es del
cielo».
De este deseo de
ser cubiertos por la magnificencia
del Tabernáculo Eterno, nace, entre los devotos de la Virgen del Pilar, la
tradicional costumbre de morir bajo su manto. Reflexionando sobre el significado de estos mantos que
presenta y cubren a la columna de la Virgen del Pilar, advertimos que asemeja
una tienda de la más simple factura. De esta forma se puede llegar a establecer
un posible vínculo simbólico con el preceptivo manto de oración de la tradición
hebrea, llamado Talit.
De hecho se entiende, en la tradición hebrea, que cuando uno se cubre
con el talit, se han entrado en la tienda para encontrarse con Dios. Esta Tienda es como la imagen de
aquella que Jahveh manda construir en el desierto, y que se describe en Éxodo
25; 8-9. «Hazme un santuario para que yo pueda morar en medio de ellos. Te
ajustarás totalmente, en la construcción de mi mansión y de su mobiliario, a
los modelos que te mostraré.» Por esta razón el talit es también reconocido
como " La Tienda
Pequeña". Además, según cierta exégesis rabínica, la palabra Talith
consiste en 2 palabras hebreas: Tal que quiere decir Tienda e Ith que
quieren decir Pequeña. ¡En otros
términos una Tienda Pequeña!
Normalmente el Talit, mantón o capa de la oración, mide sobre 70
pulgadas de largo por 36 pulgadas de ancho. Está tejida sin costuras y de una
sola pieza de tela. La proporción
o razón de los lados del Talit es similar a la razón geométrica de la planta de
la Basílica del Pilar; 70 / 36 = 1’ 94 aproximado a la razón de dividir 62 / 32
= 1’93.
La grafia
hebrea para Talit (טלית) es casi la misma
de la palabra Talit (טליה) que quiere decir un Cordero o una oveja joven. Se puede
observar que el escudo del Cabildo presenta un cordero ante la columna, posiblemente simbolizando que es en el
centro o eje dónde se alcanza la inmortalidad o resurrección.
Además su raíz טל
es común a varias con las que se víncula simbólicamente como טל que significa “rocío”, o
también (טלה) que significa cordero, carnero,
Aries; y טלל
que significa techado sombreado y también mojado de rocío.
Escudo del Cabildo del Pilar
Sobre estas
relaciones semánticas, podemos añadir que tanto San Jerónimo como Santo
Tomás de Villanueva escribieron
sermones en los que comparaban el vellocino de lana de Gedeón como una señal o
símbolo de la Virgen María; por ejemplo en el sermón sobre la Presentación se
comenta: «El Gedeón celestial llenó una taza de rocío. Por consiguiente, como
está la perla en la concha, así está el Verbo en el seno virginal».
El talit o manto de oración, hecho como se ordena en Números
15:38-41, generalmente es blanco y
está hecho de lana. En los cuatro
ángulos del manto están colocados unas franjas, las Titzit ( ציצית ) o flecos de lana que
constan de 32 cordones anudados de acuerdo a una forma prescrita.
Crucifixión de Chagall con Talit
En “Los sermones de la Virgen”, Santo Tomás de Villanueva comenta: «
Entre otras visiones, vio Isaías (Is. 6), al Señor sentado sobre un trono
excelso y elevado. El trono es la Virgen, y los otros espíritus son el asiento
de Dios. Llenó a los demás de sus dones, pero a la Virgen la llenó de sí mismo.
Y las franjas de sus vestidos llenaban el Templo; esto es, a la Virgen». Apreciemos que en consonancia con estas
32 franjas del talit y de de la visión de Isaías, a la columna de la Virgen la
cubren y rodean 32 labras
simbólicas realizadas en las 16 puertas de nogal y le cubren las 32 esculturas de Ángeles, Doctores y Padres de
la Iglesia que permanecen sobre el dosel de la Santa
Capilla. Además esta es soportada por 32 columnas de
jaspe de Tortosa, piedra bastante similar a la columna de la Virgen.
La capilla de la
Virgen, también llamada “Cámara Angélica”, y en la que están representados los
serafines, podría, como hemos sugerido, estar inspirada en la visión de Isaias
que dice textualmente: «Ví al Señor sentado sobre un trono excelso y las
franjas de sus vestidos llenaban el Templo. Alrededor del solio estaban los
Serafines…»
Entre los escritos de estos Doctores y Padres de la Iglesia encontramos
interpretaciones hermenéuticas relativas a la Virgen María que permiten
establecer consideraciones históricas de esta relación que venimos tratando
entre el Pilar y el Talit. Por
ejemplo Santo Tomás de Villanueva en sus “Sermones de la Virgen María”, comenta: «Otro símil es el del vestido:
bien, puede afirmarse que Dios se
ha revestido de la carne como de un vestido, y así, habla el Apóstol:
Reducido a la condición de hombre. Así Dios revistió a la Virgen de
gracia, y la Virgen a su vez, le vistió de carne.
Esta es
aquella túnica polímita y talar de José, de la cual fue despojado por sus hermanos, la cual mostraron al padre,
exclamando éste: Una fiera ha devorado a José. (Los judíos, hermanos míos,
despojaron a Cristo de su túnica talar en la cruz).
Esta es también, aquella capa que el mismo José
abandonó en manos de la
adúltera, para no consentir en el
adulterio; que es figura de Cristo dejando sus vestidos en poder de la
sinagoga, no queriendo asentir a sus pecados. Esta túnica polímita,
resplandeciente por la variedad de gracias, dones, virtudes, etcétera, fue tejida por las manos del Espíritu Santo en las entrañas de
la Virgen como en un telar».
Anunciación de la Basílica con detalle del costurero
También en otro texto comenta: «Tú sola aboliste las herejías de todo el
mundo; ésta es la púrpura del Rey, de la cual fue hecho aquel vestido sin
mancha y sin arruga, sin costura, tejida toda desde arriba, esto es, la
humanidad de Cristo».
En otros Padres de la Iglesia se puede observar como se tiene a la
Virgen María como la tejedora de la "Tienda" del Dios Encarnado. Por Ejemplo en la "Vida de la
Theotokos" de Epifanio el Monje, una de las más antiguas biografías de la
Virgen, comenta: "....se aplicaba al estudio de las divinas letras. Era
motivo de admiración por las labores de lana y de lino, de seda y de hilo, que
se destinaba para el Templo del Señor". Los Apócrifos también hacen
referencia al trabajo manual de María, por encargo de los sacerdotes, en la
confección de una cortina para el Santuario, habiéndole tocado en suerte las
labores de escarlata y púrpura. En Protoevangelio de Santiago XI, 1-2 refiere que la Anunciación se produjo
mientras hilaba la púrpura. En la liturgia de la Dedicacia se llama a María
«Tabernáculo de Dios», pues en ella aparece la presencia divina como en su
prefiguración o Shekhînah en el Judaísmo.
El
apóstol Pablo escribe en Hebreos 9: «No fue en un santuario hecho por las
manos, réplica del verdadero, donde entró Jesús, sino en el mismo cielo para
aparecer ante el rostro de Dios, a través del velo, esto es, por su
carne». Así mismo Origenes en la
Homilía IX sobre el Éxodo dice: «Cada uno de nosotros puede construir también,
en si mismo, un tabernáculo para Dios. En efecto, si, -como algunos antes de
nosotros han dicho- este tabernáculo simboliza al mundo entero, y cada uno
puede tener en sí la imagen del mundo, ¿por qué no podrá realizar en sí mismo
cada uno de nosotros la imagen del tabernáculo?».
En otro párrafo sigue
diciendo: «Efectivamente, no en vano se nos dice de los antepasados que
vivieron en tabernáculos. Yo interpreto en este sentido que Abraham, Isaac y Jacob
habitaron en tabernáculos. Pues ellos construyeron dentro de si un tabernáculo
para Dios, ellos que se adornaron con tan gran y tal esplendor de virtudes.
Pues refulgía en ellos la púrpura, signo real, por lo que los hijos de Heth
decían a Abraham: Tú eres entre nosotros un rey de parte de Dios. Resplandecía
también la escarlata, ya que tuvo su mano dispuesta para inmolar su hijo único
a Dios. Brillaba el jacinto cuando, mirando siempre al cielo, seguía al Señor
del cielo. Y estaba igualmente engalanado con otras muchas cosas. Así interpreto yo también el día de la fiesta de los
tabernáculos que está prescrito en la Ley: un cierto día del año, el pueblo
debía salir y habitar en tabernáculos, con ramos de palmas, y ramas de sauces y
álamos y ramos de árboles frondosos. La palma es el signo de victoria en la guerra que
llevan entre sí la carne y el espíritu; el chopo y el álamo, tanto por su
virtud como por su nombre son vástagos de la castidad. Si los conservas
íntegramente, puedes tener las ramas de un árbol frondoso y nemoroso, que es la
eterna y bienaventurada vida, cuando el Señor te haya puesto en un verde lagar,
junto al agua del refrigerio, por Cristo Señor nuestro; a Él la gloria y el
poder por los siglos de los siglos. Amén».
Desde hace
relativamente poco tiempo, los
fieles aragoneses, además de hispanos y orientales filipinos tejen y donan
mantos para cubrir la columna. Estos mantos se utilizan diariamente según los colores litúrgicos, excepto el día 2 de cada mes, por ser
este el de la aparición de la Virgen María a Santiago. Actualmente y desde los
años cincuenta los fieles, movidos
por la iniciativa del profesor Antonio Beltrán y por ese espiritual instinto que los teólogos denominan
«sensus fidei», realizan el doce de octubre la Ofrenda de flores a la Virgen
del Pilar. Esas flores son como hilos de la trama de sus vidas con los que
tejen ese manto florido. Parece
como si quisieran agradecer a la Reina de la tierra sus favores con lo más bello que ella nos dispensa. De este forma la madre o hermana tierra,
como diría San Francisco de Asís, por medio del hombre y con él entrega sus
rezos a su reina.
Reconsideraciones
Pasaré a
describir más detenidamente el talit o manto de oración hecho como se indica en
Números 15:38-41. Los talitot, plural de talit, generalmente son blancos y
están hechos de lana, algodón o seda. Ya dijimos que las franjas o flecos están
colocados en los cuatro ángulos del manto y constan de 32 cordones anudados de
acuerdo a una forma prescrita. La bandera del Estado de Israel se basa en el
diseño de este manto.
Las Titzit ( ציצית ) o flecos de lana se
colocan por mandato bíblico en las esquinas de toda prenda que posee cuatro
puntas Deuteronomio 22:12). Las Tzitzit ( tsitsit) poseen cuatro hilos que se
pasan por un orificio en la esquina de la prenda y se doblan en dos, obteniendo
de esta manera ocho hilos. Con el más largo de ellos se rodean los otros
siguiendo un orden preestablecido: siete vueltas o bobinados y un doble nudo,
ocho vueltas y un doble nudo, once vueltas y un doble nudo, trece vueltas y
otro doble nudo. Antiguamente se colocaba un hilo tjélet, teñido con la tinta
de un molusco de la costa de Fenicia, posiblemente el llamado murex,
aparentemente tenía una tonalidad azulada o morada, pero con el tiempo su
preparación se olvidó.
Los intentos para identificar el verdadero ingrediente
de la tintura quedaron inconclusos, y desde el segundo siglo EC, un hilo blanco
ordinario fue el sustituto del azul. Hoy en día no ha sido posible precisar con
exactitud el color ni la forma del teñido por lo cual no es posible cumplir
fielmente con esta exigencia, para
preservar el simbolismo de un hilo de “sangre azul” que abrace a los demás
hilos. Quizás es por lo que se
acostumbró decorar con franjas azules o negras la tela del Talit. (Esta unión
del azul y del blanco como así también la forma del Talit inspiraron la
creación de la bandera del movimiento Sionista que se transformó luego en la
bandera nacional de Medinat Israel).
Al simbolismo del tejido,
anteriormente comentado podemos vincular también el común uso de las
cuerdecillas anudadas. Este
sistema de escritura ideográfica ha sido utilizada por los antiguos chinos,
tanto que con ellas se constituían los «anales del imperio». Estas cuerdecillas
eran del mismo género que las utilizadas por los antiguos peruanos y a las
cuales daban el nombre de quipos. En todos los casos, incluyendo el
procedimiento hebreo de los tzitzit, parece ser que mediante este sistema se
expresaban ideas complejas y esto
se hacía posible por múltiples combinaciones de nudos y en las que el empleo de
hilos de colores diferentes jugaba un importante papel.
Talit
con las Tzitzit
Hoy en día los hilos de la Tzitzit. son todos blancos. Para cumplir con
este precepto (mitzvá) durante todo el día los judíos observantes utilizan,
además del talit ritual grande, que se utiliza en la sinagoga para las
plegarias, uno pequeño (talit katán o arbá kanfot [cuatro vértices]), que se
viste debajo de la camisa. El sentido de este mandamiento o mitzvá figura en la
Torá: "El Señor habló a Moisés diciendo: Habla con los hijos de Israel, y
les dirás que se hagan unas franjas (Tzitzit) en los remates de sus mantos,
poniendo en ellos cintas de color de jacinto. Y viéndolas, recordaréis todas
las mitzvot de Dios y las cumpliréis, y no os apartaréis yendo tras los
impulsos de vuestros corazones y de vuestros ojos..."
(Números15:37-39). Hay quienes
acostumbran dejar las Tzitzit. del talit pequeño afuera de la ropa, para
recordar todo el tiempo el cumplimiento de las mitzbot, y besarlas al recitar
este versículo durante la pronunciación del Shemá Israel. Las mujeres están exentas de la mitzvá de
Tzitzit.
Para colocarse el talit se debe sostener con ambas manos, mirar la
ataráh que es donde está bordada a menudo la bendición en la banda del cuello y
recitar la bendición o berakháh:
«Bendito seas Tú, Señor, Dios Nuestro, Rey del Universo, porque nos
santificas con los mandamientos y nos has ordenado usar los tzitzit».
Se besa el final de la ataráh donde está la última palabra de la
bendición bordada, precisamente la palabra tzitzit ( ציצית )
. Se envuelven los hombros con el talit, de forma similar a como se
transportaba el cordero por el Buen Pastor, en la iconografía tradicional.
Durante la oración privada es habitual cubrirse la cabeza con el talit.
Como ya dijimos se
entiende representativamente que cuando uno se cubre con el talit, se han
entrado en la Tienda de la Reunión para encontrarse con Dios. Recordemos que esta especie
de tienda de campaña diseñada por el propio Moisés según un modelo de
inspiración divina, guardaba el Arca, que hasta entonces los levitas
transportaban a hombros siguiendo los desplazamientos del pueblo de
Israel. Posteriormente
el Templo sustituiría al Tabernáculo, pero el tabernáculo es el modelo ideal del pueblo peregrino. Ya conocemos la existencia en las Escrituras Sagradas de tres modelos
ideales para los arquitectos: el Arca de Noé, el Tabernáculo del desierto y el
Templo de Salomón.
En este paralelismo
simbólico el cordón color jacinto y los demás flecos o tzitzit representan a
las sogas o vientos que afianzaron la Tienda. De alguna manera estos 32 cordones representan a la
“rosa de los vientos”, que figura en la base del limbo interior de la brújula
como una estrella de 32 puntas que señalan las 32 direcciones celestes.
Desde
este punto de vista la acción de colocarse el talit representaría, además de
penetrar en el tabernáculo, el colocarse en el centro de todas las direcciones
y por tanto en el eje o “Pilar”.
Las cuerdas de la tienda son las que fijan su estabilidad y la mantienen
erguida, por lo tanto, el mantener las 32 vientos de la tienda y sus clavijas
aseguradas, permite análogamente mantener las ideas firmes. Ya el libro de la
Sabiduría ve en el cuerpo una tienda y en las cuerdas los pensamientos: "Los pensamientos de los mortales
son tímidos e inseguras nuestras ideas, pues un cuerpo corruptible agobia el alma y esa tienda de tierra
abruma al alma llena de preocupaciones" (Sab. 9, 14-15.).
La
semejanza del cuerpo humano a la tienda la toma el apóstol Pedro en su segunda
carta en la que dice: "Pues me parece justo el despertaros con mis
amonestaciones, mientras estoy en esta tienda".( II Pedro 1-13). También Pablo, constructor de tiendas,
relaciona las imágenes de la morada y el vestido con el cuerpo cuando en la
segunda epístola a los Corintios comenta: " Porque sabemos que si esta
tienda, que es nuestra morada terrestre, se desmorona, tenemos un edificio que
es de Dios: una morada eterna, no hecha por mano humana, que está en los
cielos. Y así gemimos en este estado, deseando ardientemente ser revestidos de
nuestra habitación celeste, si es que nos encontramos vestidos, y no desnudos.
¡ Sí !, los que estamos en esta tienda gemimos abrumados. No es que queramos
ser desvestidos, sino más bien sobrevestidos, para que lo mortal sea revestido
por la vida". Otra relación entre las cuerdas de la tienda y las
vertientes de la sabiduría se encuentran en el libro de Job 4, 20-21, en el que
escribe: «Para siempre perecen sin advertirlo nadie; se les arranca la cuerda
de su tienda, y mueren privados de sabiduría.».
Sobre la creación del hombre las
escrituras dicen: «Tú me has revestido de piel y de pelo, Tú me has afianzado
con huesos y nervios» (Job 10: 11).
En un
contexto escatológico y relacionando las cuerdas de la “tienda” con las vías de
la sabiduría o inteligencia, el
profeta Jeremías habla en nombre de Dios cuando dice: “Mi Tabernáculo ha sido
saqueado, y todos mis cuerdas arrancadas. Mis hijos se han alejado de Mí. No
hay quien despliegue ya mi Tabernáculo ni quien ice mis toldos. Porque los
pastores lo han hecho mal y no han buscado al Señor; así no obraron cuerdamente
y toda su grey fue dispersada.” (10, 20-21).
Desde el punto de
vista judío como cristiano, el Consolador o Espíritu Santo es un techado por su
acción de cubrir con sus alas, los devotos son sumergidos en Él y envueltos en
Su protección. Esto se actualiza de alguna manera con el acto de envolverse en
el talit.
En el cielo hay cuatro criaturas vivientes que están alrededor del trono
de Dios. Las cuatro esquinas del Talit representan también esto. Así mismo son
cuatro los vientos principales en la “Rosa de los Vientos” y cuatro los
evangelistas que escriben "El Libro".
Es así que el Pilar y la imagen de la Virgen obtienen un significado
añadido al ser soportes del Verbo
y este a su vez del Espíritu Santo figurado como “la tórtola”.
El talit utilizado
como un techado es designado por la palabra Kanfot, o Kannaf ( כנף), palabra que también
significa Alas y se traduce generalmente como tal. Recordemos que las
Escrituras dicen que el Mesías tendrá la salvación en Sus Alas. (Malaquias 4:2)
«Más para vosotros, los adeptos a mi Nombre, nacerá el sol de justicia, debajo de
cuyas alas está la salvación; y saldréis brincando como becerros bien cebados
fuera del establo». Esta
palabra se puede traducir también por extremidad , borde, falda, punta, remate,
protección , amparo; como verbo se traduce como abrazar envolver, juntar, rodear, aletear y también engreirse.
No se suele pensar en ello pero Jesús se vestía como tradicionalmente lo
hacía un judío. En Juan 4:9 está escrito: «Entonces la mujer samaritana le
dijo: ¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy
samaritana?». ¿Cómo sabía la mujer samaritana que Jesús era judío? Posiblemente
porque se vestía como un judío. En S. Marcos 6: 53-56, está escrito: «Terminada
la travesía, llegaron a tierra en Genesaret y atracaron. Apenas desembarcaron,
le reconocieron enseguida, recorrieron toda aquella región y comenzaron a traer
a los enfermos en camillas adonde oían que él estaba. Y dondequiera que
entraba, en pueblos, ciudades o aldeas, colocaban a los enfermos en las plazas
y le pedían que tocaran siquiera la orla de su manto; y cuantos la tocaron
quedaban salvados».
La palabra "orla"
y "borde", es la traducción de la palabra griega
"kraspedá", y esta es es la traducción de la palabra hebrea
"tzitzit", que es uno de los cuatro flecos que colgaban de las cuatro
puntas del manto. Jesús tenía un manto largo que, se supone, llegaba hasta los
pies. En este manto exterior estaban las cuatro tzitziot, o flecos.
También
en Mateo 9:20 está escrito: «Y he aquí una mujer que había estado sufriendo de
flujo de sangre por doce años se le acerco por detrás y tocó el borde de su
manto.». Cuando esta mujer tocó los flecos del manto del Mesías ella se estaba
aferrando a la Palabra del Señor. Y eso trajo salud a su cuerpo.
La
túnica que, durante la crucifixión , fue sorteada entre los soldados era de una
sola pieza y sin costura por lo que bien podría haber correspondido al manto de
oración o talit. Juan 19:23-24.
Aunque inexacto según la tradición y la escritura hemos insertado la
crucifixión del pintor judío Chagall, pues este lo representa con el talit, y
seguramente para el no esta exento de significado.
Existe una interpretación tradicional o kabalística del tzitzit o fleco
que expresa un significado muy profundo. El tzitzit, como hemos dicho, está
compuesto por cuatro cuerdas, tres cortas de igual longitud y una larga teñida
la cual se llama shamash y es la que va a ser tejida alrededor de las otras
tres. El shamash se enrolla espiralmente siete veces sobre las otras cuerdas y
luego se hace un doble nudo, después se vuelve a enrollar 8, 11 y 13 veces más
separándolas con nudos dobles respectivamente y se finaliza el tejido con otro
doble nudo de modo que la tarea será tener 7, 8, 11 y 13 rollos entre los doble
nudos.
La
interpretación del significado de este fleco anudado tiene su base en la
gematría cabalística,
procedimiento que relaciona palabras con el mismo valor numérico, y por
el que puede obtenerse en algunos casos, la solución de cuestiones de orden
doctrinal. Esta solución se
presenta a veces con marcada forma simbólica. Gematria es una palabra de origen griego derivada de grammareia
(de grammata. ). Este procedimiento interpretativo era conocido y
utilizado por los evangelistas como podemos inferirlo del texto de Apocalipsis
13, 17 ( …marca o nombre de la bestia, o el número de su nombre).
De tal manera que en cada
uno de los enrollamientos se
representa a una letra del
Santo Nombre del Señor, tenemos pues que la suma de 7+8 son 15 que en
letras hebreas son iod y he que son las dos primeras letras del Tetragrámaton
(YHVH), luego 11 que son vau y he la tercera y cuarta letras del Nombre.
Entonces
los tres primeros enrollamientos ''deletrean'' el Nombre y el último que es 13
equivale gemátricamente a la palabra ehad (אחד) que significa único y
ahavah ( אהבה) que significa amor.
Deducimos
finalmente que de todos los enrollamientos y separaciones por nudos podemos
realizar la siguiente lectura: Dios es Único y Dios es Amor. Y también
significativa es la lectura de la sumatoria de los tres primeros los números
7+8+11 que dan un total de 26 que es a su vez el total de la sumatoria de los
valores de las letras del Santo Nombre (10+5+6+5=26) quedando el 13 para la
palabra ehad o ahavah, nuevamente: Dios es Único y Dios es Amor .
También podemos
comprobar que la suma de todos los números de los rollos ( 7 + 8 + 11 + 13 ) es
igual a 39 que corresponde al número de latigazos prescritos por la ley judía y
que se supone serían sufridos por Jesús, aunque los ejecutores romanos no
estaban obligados a seguirla. A pesar de que no es probable que Jesús recibiera
este número de latigazos por los vestigios que aparecen en la sindone de Turín,
no deja de tener un carácter significante sobre todo si recordamos las palabras
de Isaias 53: 4-6 diciendo:
«¡Y con todo eran nuestras dolencias las que él llevaba
y nuestros dolores los que soportaba!
Nosotros le tuvimos por azotado,
herido de Dios y humillado.
Él ha sido herido por nuestras rebeldías,
molido por nuestras culpas.
Él soportó el castigo que nos trae la paz,
y con sus cardenales hemos sido curados.
Todos nosotros como ovejas erramos,
cada uno marchó por su camino,
y Yahvé descargó sobre él
la culpa de todos nosotros».
Como se sabe y
hemos dicho todas las letras hebreas tienen un valor numérico La palabra
tzitzit (תיציצ) tiene un valor numérico de 600. Tau = 400; Iod =10; Tsade = 90; Iod
=10; Tsade = 90; total = 600. Los flecos tienen 5 nudos y 8 cordones, que si
los agregamos a los 600, sumarán 613 que iguala al número de los mitzvot o
preceptos de la Torah.
En el Apocalipsis capítulo 19 vemos que Su nombre está escrito en Su
vestido ensangrentado (el talit), y Su nombre es " La Palabra de Dios que
en S. Mateo 5: 17-19. dice:
«No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido
a abolir, sino a dar cumplimiento. Os lo aseguro: mientras duren el cielo y la
tierra, no dejará de estar vigente ni una i (iod) ni una tilde de la ley sin
que todo se cumpla.»
Dibujo de Maimónides
Todavía existen más interpretaciones hermenéuticas sobre el talit y el
tzitzit, que nos permiten encontrar interpretaciones referidas al Mesías y por tanto con Jesús. Hemos visto que
el tzitzit tiene 8 cordones y el 8 es el Número del Mesías porque, según el
profeta Samuel, David fue el 8 Hijo de Jesse (1 Samuel 16:10-11) y el Mesías
debía ser de la semilla de David.
Pero posiblemente la interpretación más importante está basada en que la
suma de los cordones de la cuatro esquinas del manto o talit es el número 32 (
4 x 8 ) y este es el valor numérico o gemátrico de la palabra Corazón, Leb en
hebreo ( לב ) lamed = 30; bet = 2. De
tal forma que se podría decir que ¡En el mismo corazón del Tzitzit se encuentra
el Mesías!
Estas concepciones
simbólicas que señalan un camino no contradicen lo que las Escrituras enseñan
sobre que el Espíritu no sólo quiere morar entre nosotros, sino El quiere morar
en nuestros corazones. Su nuevo pacto está dentro de nuestros corazones y
nuestras mentes. Cuando recibimos a Jesús en nuestros corazones, nuestros
cuerpos llegan a ser templos del Espíritu Santo. No tenemos que ir a un cierto
lugar para adorar, ni siquiera al Tabernáculo. Podemos adorar a Dios
dondequiera que estemos. La adoración verdadera es en espíritu y verdad.
A propósito de estas
indicaciones, Santo Tomás de Villanueva comenta en sus escritos: «Pero, ante
todo, date cuenta que jamás penetrará el Señor Jesús en el hospedaje de tu
corazón, si no halla dentro a tu alma como huésped. Una mujer, por nombre María,
le hospedó en su casa (Lc 10. 38).
No se aloja Jesús en morada alguna sin el beneplácito del huésped; si el alma
anda rondando por fuera, difiere la entrada hasta que el huésped retorne. Por
consiguiente, si deseas darle alojamiento, sábete que has de habitar antes
dentro de ti mismo».
Retrato de Abraham Abulafia
En el
Evangelio dice Jesús: «En cuanto a ti, cuando ores, entra en tu aposento y,
cerrada la puerta, ora a tu Padre». (Mateo 6,6). También, sin que haya
contradicción, el Apóstol Pablo dice: «Ora en todo lugar». Para orar en todas
partes y siempre en tu aposento, los hebreos lo simbolizan mediante el talit katan que
permite llevar siempre el “Tabernáculo”.
San Ambrosio en su escrito sobre los Misterios dice textualmente: «En
todas partes tienes tu aposento. Aunque estés entre gentiles, aunque estés
entre judíos, tienes en todas partes tu secreto. Tu aposento es tu espíritu.
Aunque estés en medio de la muchedumbre conservas, sin embargo, en el hombre
interior, tu secreto y recóndito aposento».