Ciudad Prohibida de Pekín
Hace algunos años, participé en una ceremonia de la Native American Church en Elche, que tuvieron continuidad con otras en la sierra del Maestrazgo de Teruel. El jefe espiritual de la rama de Itzachilatlan, Aurelio Díaz Tekpankalli, contó una historia mítica interesante: “Hace mucho tiempo, la humanidad entera era una sola y misma familia, unida por una conciencia común.
Canal de agua conformando un arco y cinco flechas como cinco puentes. El emperador pasaba por el puente central.
Los jefes espirituales tuvieron una visión según la cual la humanidad tenía que dividirse en cuatro partes con el fin de que cada una de ella explorase un determinado aspecto de la condición humana. Así, fueron lanzadas cuatro flechas mágicas hacia las cuatro direcciones cardinales y la gente, dividida en cuatro familias, recibió el encargo de ir a buscar esas flechas y de volver al centro común.
Los que siguieran la flecha lanzada hacia el Norte deberían explorar y desarrollar la inteligencia racional, los que siguieran la flecha lanzada hacia el Sur, deberían explorar y desarrollar la conciencia corporal, los que siguieran la flecha lanzada hacia el Este, deberían explorar y desarrollar la conexión con el Espíritu, los que siguieran la flecha lanzada hacia el Oeste, deberían explorar y desarrollar el Corazón o los vínculos emocionales entre todos los seres. La visión incluía una profecía: la nueva Humanidad surgiría cuando las cuatro familias volvieran a unirse para poner en común el fruto de su exploración y de su desarrollo”.
Para los jefes espirituales lakotas de la actualidad, el siglo XXI es el momento histórico en el que la profecía va a realizarse.
Esta visión tiene huellas en el diseño de la Basílica del Pilar y en la conformación de La Ciudad Prohibida de Pekín, y sobre la que versará este escrito.
La Ciudad Prohibida, conocida también como el Palacio Imperial o Museo del Palacio Imperial y situada en el centro de Beijing, era el centro del poder de las dinastías Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911) durante un largo periodo desde 1420 hasta 1912.
La Ciudad Prohibida se construyó entre 1406 y 1420. En ella vivieron 24 emperadores hasta 1911, cuando tuvo lugar la revolución que derrocó al régimen de la última dinastía feudal de China, la Qing.
La combinación armónica de las construcciones del Palacio refleja las mejores características de la arquitectura china: el estilo majestuoso, las construcciones perfectas y la buena coordinación de las partes. En la antigua tradición, cada emperador gobernaba por mandato del cielo.
China, la tríada cósmica estaba formada por el Cielo, la Tierra y el Hombre. El hombre-emperador era hijo del cielo y, como el Romano Pontífice, el enlace para traer orden y armonía. El estado ideal necesario era lograr total equilibrio y armonía: la ciudad prohibida con su simetría, orden, jerarquía y esplendor era el símbolo y reflejo de aquel estado.
Para emplazar las ciudades jerárquicas, los chinos usaban la geomancia, un arte tradicional que indicaba cómo situar casas, tumbas, jardines, plazas, en armonía con la energía vital de la tierra. A esa capacidad especial se la denominaba Feng-Shui, viento y agua.
Las numerosas construcciones del palacio, rodeado por un foso de 52 metros de ancho y una muralla de diez metros de alto, se distribuyen simétricamente a lo largo de un eje central norte-sur.
El tamaño y el espacio del palacio estaban calculados con exactitud conforme a las funciones y diferente importancia de cada uno de ellos. En el palacio las construcciones más impresionantes son el Salón de la Armonía Suprema (Taihe Dian), el Salón de la Armonía Central (Zhonghe Dian) y el Salón de la Armonía Conservada (Baohe Dian).
Visto desde lejos, estos tres salones, construidos sobre una elevación que hace de fundamento de mármol blanco de ocho metros de alto. Esta “montaña” tiene un diseño basado, según mi criterio, en el ideograma que representa el “Axis Mundi”, eje o pilar del centro. Como variación el contorno de este signo presenta los emblemas de los dos arcos, pero en dirección inversa al habitual, quizás para marcar que es de ese centro de donde se disparan las flechas.
Salón de la Armonía Central es donde el emperador permanecía en actitud contemplativa y realizaba las ceremonias de culto religioso y político.
En este palacio Pu Yi vivió hasta 1924, año en que el caudillo militar lo expulsó y le forzó a escapar a la vecina ciudad de Tianjin. Al año siguiente, la Ciudad Prohibida se convirtió en un museo abierto al público.
El emperador Yongle, el tercer Ming, decidió trasladar la capitalidad a Pekín Así la estructura del nuevo Pekín representa la cima del urbanismo tradicional chino, basado en la organización introducida por los mongoles así como en la estructura de los palacios imperiales de Kaifeng y Nankín además tomar en consideración las normas de la geomancia china (风水).
En la configuración de esta “Ciudad Prohibida” me ha parecido encontrar fundamentos para imaginar su manera de fundarla ritualmente. Desconozco el rito fundacional oriental y concretamente chino, pero nos puede ayudar en su aproximación los ritos de fundación de las culturas americanas, posiblemente herederas de las culturas de origen asiático.
Ante todo, el Rito Fundacional de una ciudad sagrada es el acontecimiento generador de todo lo que contiene y simboliza, tanto el diseño urbanístico de la ciudad como su arquitectura.
De tal manera que debemos recordar aquí algunos aspectos metafísicos y cosmológicos que plantea a la Arquitectura Sagrada la fundación y construcción de una ciudad.
En los textos del obispo Landa queda constancia de que las ciudades mayas estaban divididas en cuatro partes, con dos carreteras principales que formaban una cruz orientada hacia las cuatro direcciones. Cada una se abría desde la ciudad a través de una puerta en el muro de circunvalación. En la actualidad las aldeas mayas aún tienen este trazado en quincunce, con la cruz diagramada en referencia a los solsticios y equinoccios. El Códice de Dresde muestra que los mayas prehispánicos usaban tanto las direcciones cardinales como los puntos solsticiales intermedios al trazar la ciudad y los edificios.
Los edificios y ciudades de Mesoamérica también se hallan conectados con el cosmos cuatripartito mediante alineaciones con las posiciones de la salida y puesta del sol en el horizonte en los equinoccios y solsticios.
Hay datos documentales de que en la época prehispánica había una
serie de actos rituales que se practicaban al fundar una ciudad. Uno de los casos más conocidos es un viaje que hizo Xólotl, líder mítico-histórico de un grupo chichimeca alrededor de los siglos XI-XII, cuya información se conserva tanto en el Códice Xólotl como en la Sumaria relación de todas las cosas, una de las crónicas escritas por Fernando de Alva.
Se dice que Xólotl sale, junto con los principales de su grupo, de su ciudad recién fundada, Tenayocan y se dirige hacia Xocotitlan que está al occidente de aquélla. El viaje o su movimiento va en el sentido opuesto de las manecillas del reloj, el cual es muy común en los actos rituales de Mesoamérica. En los diferentes lugares que fundó Xólotl y los suyos hicieron los siguientes ritos, según la descripción de Alva Ixtlilxóchitl:
“[...] hizo las diligencias que ellos usaban,
tirando un señor chichimeca cuatro
flechas con todas sus fuerzas
tirando un señor chichimeca cuatro
flechas con todas sus fuerzas
por las cuatro partes del mundo,
occidente y oriente, norte y sur; y
después, atando el esparto por las
después, atando el esparto por las
puntas, y haciendo fuego y otros ritos y
ceremonias de posesión que ellos
ceremonias de posesión que ellos
usaban [...].”
En la Mesoamérica prehispánica, estos rituales tenían sus significaciones propias: eran representaciones de la reordenación del mundo, reproduciendo el acto de la creación primordial del mundo por los dioses. Tirar flechas a los cuatro rumbos cardinales también está registrado en los Anales de Cuauhtitlan, así como en el Mapa de Cuauhtinchan.
Estas comparaciones nos permiten afirmar, que el ritual de disparar cuatro flechas a los cuatro puntos cardinales, guardando la quinta como emblema del Centro, está figurado en el diseño de la ciudad prohibida de Pakín. Posiblemente el ángulo que desde el centro o salón de la Armonía del Centro se forma con las dos puertas equinocciales marcara el punto de orto helíaco un día determinado por su fundación. Esta afirmación necesitará de comprobaciones locales y experimentales. Un dato que sí he comprobado es que la distancia desde este palacete del "Medio" dista la misma longitud a las cuatro puertas, un total de 480 metros, distancia de un tiro de arco potente.
La Basílica del Pilar tiene también una conformación que, además de estar orientada al orto helíaco del día 2 de Enero, esta determinada por la triplicidad del "quincunce". Además de representar en varios marcos ornamentales el pictograma del arco que, duplicado conforma el ideograma del "Axis Mundi".
En el antiguo Egipto también hay relatos de fundación relacionados con el lanzamiento de cuatro flechas. Lo encontramos en un faraón inusual, nos referimos a Hatshepsut, rareza el que una mujer asuma la función real en el Egipto antiguo. Pues bién, el último día de los cinco del Heb-sed, la fiesta de Jubileo, destinado a celebrar su reinado y renovar sus fuerzas. Se disparaban cuatro flechas al aire, una dirigida a cada punto cardinal, norte, sur, este y oeste, señalando su poder sobre los cuatro confines del país de Kemí.
el texto hindú Athorva Veda Samhita se dice que: "el arquero es el «Señor de la Voz» con la mente divina". Parece evidente que la cuerda del arco corresponde a la voz como órgano de expresión, y la flecha al concepto audible expresado. Asi en Athorva Veda Samhita comenta que los Brahmanes como representantes humanos del Señor de la Voz, "tienen flechas penetrantes que no se gastan en vano siendo la lengua la cuerda de su arco y sus terribles palabras las flechas".
Así una «flecha. puede ser literalmente un dardo alado o metafóricamente una «palabra alada»: el sánscrito patatrin = «alado», que denota un «pájaro» o una «flecha» cubre ambos valores, pues el veloz e irrefrenable vuelo del pensamiento se compara a menudo al de los pájaros y el simbolismo de los pájaros y el de las alas está estrechamente vinculado con el de las flechas. El lenguaje del tiro con arco puede, en verdad, ser aplicado a todos los problemas del pensamiento y de la conducta. Así, corresponde al Rey hacer las cosas de manera acertada. Es decir, no puede hablar con mayor yerro que disparar errando el blanco. «lo que acierta., es una «flecha», y «como el flechador endereza el dardo, así el hombre sabio rectifica su voluntad. También se dice que un flechador al enderezar una flecha la mira a todo lo largo con un ojo cerrado, y de esto se saca la enseñanza de la visión unitaria.
Puesto que el arco es el arma real por excelencia y puesto que se hace un hincapié tan grande sobre la rectitud del rey, será coveniente señalar que las palabras Sanscrita rju y Pali ují, que significan «derecho», pertenecen a la raíz común que subyace en «recto», «rectificar., y «regio. De aquí el latín regere y rex y del sanskrito raja. En más de una ocasión Sankara hace del caso del flechador profundamente absorto en su tarea un ejemplo de concentración contemplativa.
Esta asociación simbólica entre el arco y la flecha y la lengua y la palabra, además de su relación simbólica con las plumas y los pájaros, la hacen idónea para compararlo con las campanas que como el caso de las campanas de la torre del Pilar cantan a las cuatro direccines el "Ave Maria gratia plena dominus tecum", oración que es una variante del saludo angélico a María en Lc 1:28.
Tao está considerado al mismo tiempo como el medio y centro de las equivalencias y de los contrastes, de las atracciones, de las repulsiones y de las hierogamias alternantes que constituyen la evolución giratoria del Universo. La idea que se trata de expresar es la de una perfección hecha de imparcialidad, de elevación, de rectitud, de alguna manera, la perfección que implica la posición central de un Rey puesto por encima de todas las facciones, de todas las agrupaciones particulares. Todas estas metáforas y frases escogidas para designar una Perfección central y completa se denominan tan pronto ki, viga cimera, como lu, camino, o bien tao, que se puede calificar de "ancho" y de "unido”. Todas estas imágenes parecen evocar el espectáculo de una posición erecta o la visión de un poste de rectitud perfecta.
Cuando los Jefes fundaban una Capital y determinaban el cruce de los caminos por donde les vendrían los tributos de los Cuatro Orientes, debían observar el juego de las sombras y las luces (el Yin y el Yang ) , y plantar un gnomon. La política metafísica de los chinos ha mantenido siempre el principio de que en la Capital de un soberano perfecto, al mediodía de mediados de verano, el gnomon no debe dar sombra.
Los mitos son aún más instructivos. En el mismo Centro del Universo -allí donde debería estar la Capital perfecta- se levanta un Arbol maravilloso: reúne las Novenas Fuentes con los Novenos Cielos, los Bajos fondos del Mundo con su Cumbre. Se le llama el Bosque Enderezado ( Kien mu ) y se dice que a mediodía nada de lo que junto a él se mantiene perfectamente erecto, puede dar sombra . Gracias a una síntesis perfecta resultante de una hierogamia, todos los contrastes y todas las alternancias, todos los atributos y todas las insignias se hallan reabsorbidos en la Unidad central.
Las expresiones Huang Ki y Wang Tao toman conjuntamente un valor moral, y Tao, como Ki, ha entrado en la lengua de los Sabios. Todos estos términos evocan las ideas de Perfección y de Virtud Real. Si Tao ( Vía-camino) ha podido adoptar el sentido de Eficacia, de Virtud y de Autoridad, sin dejar de sugerir la idea de un Orden total entera mente conforme con el Orden celeste, es porque la inauguración de un poder principesco iba acompañada de un reparto de las cosas de este mundo entre las agrupaciones sometidas a un Jefe nuevo, que distribuía entre ellas los Sectores del Universo.
el fin de poder proceder a este reparto, el Jefe debía someterse a una prueba inaugural. Antes de ir a distribuir, las Insignias circulando por la tierra a la manera de un Sol (T'ien Tao), debía, para merecer el título de Hijo del Cielo y de Hombre Unico, elevarse, muy erguido y confundido con el eje del Mundo, sobre la Vía (Wang Tao) por la cual, en los instantes sagrados, el Cielo y la Tierra entran en comunión. El Tao se ha convertido en el em blema de un Orden soberano después de haber representado primeramente el pivote -palo o gnomon- en torno del cual la sombra gira lo mismo que la luz.
De esta manera se deduce que el “Tao” camino, vía central gnomon, e hing o elemento, se explican conjuntamente por compartir la imagen de un pivote y de una circulación alrrededor. Así la más antigua de las sabias definiciones del " El Tao es la unidad total que reabsorbe en sí lo Par y lo Impar, el Cielo y la Tierra. Sobre el Tao el Hi ts'e dice: “Un (aspecto) yin, un (aspecto) yang, aquí está el Tao".
El Tao es un Total constituido por dos aspectos que son también totales, por cuanto se substituyen enteramente uno al otro. El Tao no es de ningún modo su suma, sino el regulador de su alternancia.
La antigua sociedad china era una sociedad militar. De ahí que el prestigio, rango, dignidad se ganan en concursos o en pruebas. Las pruebas más importantes son las de tiro al arco. A los feudatarios se les llama los "arqueros".
En las justas de tiro al arco, estos pueden demostrar su habilidad o su lealtad, cualidades que eran vistas como si fuera la misma. También se cualificaba, además de su potencia y precisión, el ritmo disparando las flechas a tiempo, por cuanto el concurso se celebra con música. Cuando se las dispara con fuerza, se prueba la vitalidad, el valor: el poder de su genio. Por eso se construyen los arcos teniendo en cuenta la voluntad (tche liu) y la vitalidad (hiue k'i)Zlo de su destinatario. Para apreciar la dignidad que éste merece, basta, en el concurso, estimar la fuerza de su arco. -Los arcos más fuertes tienen la flexión más débil.
Así vemos como los Números dicen la forma o el valor de la cosas porque señalan la composición y el poder del grupo humano al cual se adhieren estas cosas. Expresan, ante todo, el lote de poder que pertenece al jefe responsable de una agrupación humana y natural. De esta forma condiciona hasta la forma del arco para cada usuario. Para el Emperador el arco tiene una medida que precise tomar 9 de ellos para formar un círculo perfecto. Para el Señor se completará la circunferencia con 7 arcos y con 5 arcos de gran oficial y 3 arcos de oficial.
El orden de la sociedad es feudal. Una lógica de la jerarquía inspirará, pues, todo el sistema de las clasificaciones numéricas y la idea misma que se forma de los Números.
Estos se los emplea para estimar, no ciertamente las magnitudes, sino los valores. Así aparecen como Emblemas que representan los aspectos de la totalidad, de la eficacia, del poder.
http://www.youtube.com/watch?v=2Pbuj1bn3fs
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