El yantra es una
palabra para la que no hay equivalente en castellano, podría traducirse por
cosmograma. El yantra es un
núcleo de lo visible y cognoscible, un diagrama interrelacionado de líneas por
medio del cual se concentran las energías visualizadas. Todo este tipo de arte
aporta formas relativamente «toscas» que evocan las formas «sutiles» de las
imágenes mentales, y son completamente inconfundibles. Ésta es una de las formas que sirven para hacer funcionar el
mecanismo psicocósmico, y constituye también uno de los aspectos del arte
Tantra que más gusta a la gente que se siente decepcionada con el huero
conceptualismo de buena parte del arte moderno.
Se pueden elaborar
yantras con muchos materiales distintos. El cuerpo humano mismo pasa frecuentemente
por ser «el mejor yantra posible». Pero se pueden hacer yantras artísticos en
el suelo, con pastas o polvos de colores, delante del sadhaka sentado; se
pueden dibujar o pintar sobre papel con el fin de conservarlos permanentemente
y usarlos una y otra vez, o bien hacerlos de nuevo cada vez que hagan falta. De
forma permanente se pueden hacer con muchas sustancias; la más importante de
las cuales es el cristal de roca, que tiene su propio simbolismo,
y cuya clara sustancia incolora, que puede tallarse de manera que concentre la
luz en su ápice, constituye un excelente emblema de la sustancia omniinclusiva
de la realidad fundamental; de la misma manera que la luz incolora contiene
todos los colores posibles de la luz, el cristal puede servir a modo de
analogía de la sustancia en la que están contenidas todas las sustancias.
Los yantras
diagramáticos suelen centrarse en un solo punto, el punto en que va
recogiéndose gradualmente la concentración meditativa. La concentración en un
solo punto es requisito indispensable para cualquier sadhaka que desee llegar
siquiera a comenzar a hacer progresos.
En la práctica sólo los sadhakas muy
avanzados llegan a captar las verdaderas formas implícitas en el yantra y el
mantra, y ésta es la razón de que la mayor parte de los occidentales normales
no consigan captarlos intelectualmente; incluso en la India, la verdadera naturaleza
del yantra suele ser mantenida en secreto, y ese secreto sólo se puede indicar
verbalmente entre sadhakas, y jamás se escribe.
Hay, sin embargo,
ciertas cosas que pueden ser explicadas. En primer lugar, es evidente que
cuesta mucho tiempo y esfuerzo elaborar el contenido de las imágenes
almacenadas en cualquier complejo yantramantra. Las realidades a que se alude
en esquemas condensados de visión y sonido sólo pueden llegar fácilmente a la
mente después de larga práctica.
En torno del perímetro hay un diseño
cuadrado de «puertas» de reingreso. Este diseño representa el «cerco» en cuyo
interior está encerrado el ser meditativo los circuitos sucesivos que hay en su
interior representan «vainas» o fases sucesivas de intimidad, mientras los
múltiples pétalos o triángulos exteriores están ocupados por formas « más
toscas» de energía, que son absorbidas y progresivamente concentradas en los
circuitos interiores menos proliferantes. El centro es el punto donde se
concentran finalmente todas las irradiantes energías originarias, como «Om» o «Klim».
Las identidades-mantra de todos los circuitos básicos pueden aparecer también
en forma antropomórfica, como devatas.
En el gran Sri Yantra, el más importante
de todos los yantras tántricos, cada uno de los triángulos exteriores está
ocupado por los devatas que representan el ser-energía subdividido de la Diosa.
Estas Nityas («seres
eternos») o Mahavidyas («grandes sabidurías») pueden ser representadas en forma
humana. Cada una de estas diosas menores puede tener también su
propio yantra. Algunos de los yantras menores son segmentos evidentes del
omniabarcante Sri Yantra.
Las 13 esferas de un empaquetamiento espacial perfecto y 42 esferas que así mismo empaquetan a esas germinales
Aunque, naturalmente,
el yantra tiene el doble aspecto tántrico típico, el Sri Yantra queda mejor
explicado desde el punto de vista de la Génesis. En la meditación se usa en
dirección revertida, lo que sirve para encauzar, desde el borde exterior hasta
el «punto» final, todas las constataciones de energía cósmica del sadhaka. Pero
como este gran yantra constituye la imagen misma del proceso de creación,
metafísicamente sexual, penetrarlo equivale a intuir toda la idea metafísica
tántrica subyacente. La descripción que damos a continuación se basa en la que
ofrece el Kamakalavilasa, traducido como apéndice y que tomada junto con el
diagrama Sankhya equivale a una «definición» de la Diosa.
El punto, o bindu,
del centro indica el invisible primer principio, el semen autoengendrado de ser
y conciencia, que en términos estrictos, nunca puede ser ni visible ni
imaginable. Del lado del hombre, este punto es el punto de la disolución final,
pero del lado de la creación su primer acto de proyección consiste en
escindirse a sí mismo en macho y hembra; éstos son el punto visible y el mínimo
triángulo abarcante que apunta hacia abajo. Como dice el antiguo y sacratísimo
Brihadaranyaka Upanishads (hacia el año mil antes de Cristo): «Él estaba solo:
no gozaba: uno solo no goza: deseaba un segundo, y se hizo como un hombre y una
mujer fuertemente abrazados. Él transformó en dos su propio ser. De donde
surgieron marido y mujer». Y, más adelante: «Él deseaba, que exista mi esposa:
sea yo engendrado como muchos: posea yo cosas: ejecute yo actos: éste era su
deseo». El tiempo pasado que aquí se usa no implica prioridad temporal, sino
prioridad ontológica o existencial. Para el tantrica, la creación es un acto
continuo, de modo que la forma que adopta el deseo (Kama) es la forma de su
identidad móvil femenina transformando el mundo, para su goce, en Deleite,
Conciencia y, naturalmente, Ser. El punto considerado como primer acto suyo de
movimiento dibuja el triángulo que es la forma originaria del yoni (vulva)
generativo de la Diosa, el primer acto de expansión de espacio y tiempo, una
trinidad que puede ser contemplada de otra forma en el icono de Chinnamasta.
Por consiguiente, hay
«en existencia», en la primera fase de la evolución creativa, un punto en el
interior de un triángulo que apunta hacia abajo. La fase siguiente consiste en
que esta pareja engendre cuatro pares de triángulos, cada uno de los cuales
tiene un triángulo que apunta hacia abajo por ser hembra. El par más interior
muestra a veces en su interior un punto dentro de un círculo que representa el
yantra de Bhuvanesvari, que es el
segundo de los Mahavidyas hindúes. Todos ellos representan el «avance» o
expansión de la energía-luz nuclear desde el interior del primer triángulo, el
«destello» y su «reflejo desarrollado» (que, en sánscrito, se llaman,
respectivamente, Prakasa y Vimarsa). La interrelación de los cinco triángulos
femeninos originarios y los cuatro triángulos masculinos originarios genera
los circuitos de otros triángulos en los que emerge conjuntamente la gama de
formas variadas de conciencia y creación para componer el conjunto del mundo
móvil, así como también su historia en el tiempo, de alguna representados por
esos 42 triángulos que emergen de la matriz universal.
La danza de la energía
luminosa se representa en ciertos santuarios en iconos cuyos rasgos esenciales
se pueden captar visualmente en fotografías modernas de partículas en cámaras
de ionización. Es característico del pensamiento artístico indio, sin embargo,
expresar esquemas temporales por medio de un sistema cerrado de cercados
estilizados en colores planos. La tradición china, por ejemplo, expresando su
propio concepto del movimiento creativo en el tiempo y el espacio, el Tao,
subrayaba el tejido del mundo en forma de un cambio en interminable desarrollo
que nunca se repite. En el contexto tántrico, sin embargo, no hay que olvidar
que la fuerza motriz que subyace a todo este proceso es un deseo trascendental
que justifica el sentido sexual implícito. El deseo crea su objeto de la misma
manera que el deseo cósmico creó al mundo. El deseo multiplicado crea muchos
objetos. Retirado y concentrado en el Vacío de la Realidad Final, se transforma
en un esplendor interior especial que sólo los tantricas conocen.
Muito bom! Parabéns!!!
ResponderEliminarDel Nada se "expande" Turiya, despliega la flor de la mente en gozo del Hamsa, y el Cisne "nuevo" vuelve al danzar y observar... Gracias! :)
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