EL «MING-TANG»
Hacia el fin del tercer milenario antes de la era cristiana, la China
estaba dividida en nueve provincias, según la disposición geométrica figurada
aquí en el centro del cosmograma, una en el centro, y ocho en los cuatro puntos
cardinales y en los cuatro puntos intermediarios. Esta división es atribuida a
Yu el Grande. La división en nueve le fue inspirada por el diagrama llamado Lo-chou o «Escrito del Lago» que, según
la «leyenda», le había sido aportado por una tortuga y en el cual los nueve primeros números están dispuestos de
manera que forman lo que se llama un «cuadrado mágico» ; con esto, esta división hacía del Imperio
una imagen del Universo.
En este «cuadrado mágico», el centro está ocupado por
el número 5, que es él mismo el «medio» de los nueve primeros números, y que representa
el número «central» de la Tierra, la provincia central y donde residía el
Emperador, era llamada «Reino del Medio» (Tchoung-kouo),
y es desde ahí desde donde esta denominación habría sido extendida después a la
China toda entera. La significación fundamental de este hecho, es que todo está
contenido en realidad en el centro, de suerte que se debe reencontrar en él, de
una cierta manera y en «arquetipo», si se puede expresar así, todo lo que se
encuentra en el conjunto del Universo. Por eso es por lo que la región misma
que poseía un tal centro espiritual era una «Tierra Santa», y, como tal, era designada
simbólicamente por denominaciones tales como las de «Centro del Mundo» o
«Corazón del Mundo.
Como vemos el Imperio chino representaba en su
conjunto, por la manera en que estaba constituido y dividido, una imagen del
Universo, una imagen semejante debía encontrarse en el lugar central que era la
residencia del Emperador, y ello era efectivamente así: era el Ming-tang, que algunos sinólogos, al no
ver en él más que su carácter más exterior, han llamado la «Casa del Calendario»,
pero cuya designación, en realidad, significa literalmente «Templo de la Luz»,
lo que se relaciona inmediatamente con la precisión que acabamos de hacer en
último lugar. El carácter ming está
compuesto de los dos caracteres que representan el Sol y la Luna; expresa así
la luz en su manifestación total, bajo sus dos modalidades directa y reflejada
a la vez, ya que, aunque la luz en sí misma sea esencialmente yang, debe, para manifestarse, revestir,
como todas las cosas, dos aspectos complementarios que son yang y yin uno en
relación al otro, y que corresponden respectivamente al Sol y a la Luna, puesto
que, en el dominio de la manifestación, el yang
nunca está sin el yin ni el yin sin el yang.
El plano del Ming-tang era conforme al que hemos dado más atrás para la división
del Imperio es decir, que comprendía nueve salas dispuestas exactamente como
las nueve provincias. El Ming-tang
tenía doce aberturas hacia el exterior, tres sobre cada uno de sus cuatro
lados, de suerte que, mientras que las salas del medio de los lados no tenían
más que una sola abertura, las salas de ángulo tenían dos cada una; y estas
doce aberturas correspondían a los doce meses del año, formaban pues un Zodíaco.
También se aprecia que apoyado en la tortuga terrestre se encuentra el «Árbol de la Vida» colocado en el centro del «Paraíso terrestre», es una figuración del «Eje del Mundo». El carácter de eje se acentúa al verse jalonado por las cruces gamadas.
También se aprecia que apoyado en la tortuga terrestre se encuentra el «Árbol de la Vida» colocado en el centro del «Paraíso terrestre», es una figuración del «Eje del Mundo». El carácter de eje se acentúa al verse jalonado por las cruces gamadas.